lunes, 27 de agosto de 2012

¿Seguro que no eres supersticiosa?



Ni se te ocurra casarte un martes, que no llueva el día de tu boda, que nos arrojen arroz nada más casarnos, llevar algo azul, prestado o viejo en la ceremonia… Hay una serie de tradiciones y, por qué no decirlo, de supersticiones, que “aseguran” el éxito en tu matrimonio y un futuro pleno de felicidad. Nadie dice que es supersticioso, pero a la hora de la verdad nos fijamos y seguimos esos ritos por lo que pueda pasar. ¿Seguro que no eres supersticiosa?

El día de tu boda vas a estar muy pendiente de la predicción del tiempo, sobre todo y con más motivo si la ceremonia y/o el convite son al aire libre. Nadie quiere que caiga un buen chaparrón en su gran día, aunque contrariamente a lo que parece que llueva en la boda es sinónimo de buena suerte y fertilidad. Aunque resulte molesta para los novios y sus invitados, si llueve en tu boda pon buena cara al mal tiempo, pues tendrás un matrimonio feliz y una familia numerosa. De todos modos, si no quieres que te llueva puedes llevar una docena de huevos a las monjas clarisas y el sol lucirá en tu boda.



Aunque no sea muy habitual en nuestra época, casarse un martes ha estado vetado desde los tiempos de los romanos. ¿Y por qué? Porque ése era el día de Marte, el dios de la guerra, y era augurio de desgracias y muerte. De hecho, los romanos prohibían celebrar bodas y emprender viajes ese día (por eso, de lo ni te cases ni te embarques). ¿Entonces qué día es el mejor para casarse? El lunes, el día de la luna, dicen que asegura fertilidad y abundancia. El viernes es el día de la diosa del amor, Venus, y casarse ese día te asegura que nunca faltará el amor en tu matrimonio.

Seguro que cuando acabe la ceremonia de tu boda, a la salida te espera una lluvia de arroz. Esta costumbre viene del lejano oriente y dicen que te lancen puñados de arroz favorece la prosperidad de la pareja. 


Otra costumbre muy arraigada es el ruido. Los momentos previos a la boda, ya sea por los nervios o la responsabilidad, llevan a los novios a un estado de recogimiento y casi de retiro espiritual. Pero después del “sí quiero”, eso cambia completamente: hacer ruido ahuyenta a los malos espíritus. De ahí que se pongan latas en los coches de los recién casados, que las campanas de la iglesia suenen más que nunca o de que en las bodas valencianas se suelan tirar tracas y petardos.



Quizá sea una costumbre poco española, pero también es típico llevar en la boda algo azul, algo prestado y algo usado o viejo. El sentido de llevar algo de color azul es porque simboliza la fidelidad; algo prestado estrecha los lazos de amistad; y algo usado o viejo significa que no se corta con el pasado y lo tendremos siempre presente. 

Hay muchas costumbres más, como que la novia lance el ramo entre las amigas y las chicas casaderas, compartiendo así su felicidad y pasando el testigo para una próxima boda.¿Has contado cuántas supersticiones tienes? ¿No me digas que tienes todas?

miércoles, 15 de agosto de 2012

¿Quieres casarte conmigo? O cómo proponerle que comparta tu vida



Hace un par de meses pudimos ver en YouTube una de las propuestas de matrimonio más originales e impactantes. Se trataba de un vídeo en el que la futura novia se sentaba en el maletero de un coche e iban desfilando y bailando amigos y familiares con la canción Marry You de Bruno Mars de fondo. Al final, su novio se le declaraba de una manera muy original. A los pocos días de estar en YouTube, había recibido millones de visitas. Cómo iba a decir ella que no, con lo que se lo curraron…



 El hecho de pedir la mano, aunque pueda parecer algo anticuado, es una costumbre con mucho significado tanto para la pareja como para sus familias. La manera que elija el novio (por lo general, siempre es él quien lo pide) dependerá de su creatividad y del carácter de la novia. Una vez que ella le ha dado el sí, se organiza una celebración en casa de la novia, con los familiares más cercanos de la pareja, en la que el novio pide formalmente la mano de su hija a su futuro suegro. Esta es, sin duda, la manera más tradicional.


Pero hay quien opta por ser más novedoso. En estos casos, lo mejor es el factor sorpresa. Hacerlo cuando ella no lo espere, como este jugador de baloncesto que sorprendió a su novia ante un estadio abarrotado...



Si la novia tiene un carácter abierto, pedirle que se case contigo en un restaurante a la luz de las velas es la mejor elección. También se le puede dar el anillo en un lugar especial para ambos, por ejemplo el sitio donde os conocisteis o donde os disteis el primer beso.


Hay quien prefiere pronunciar el ¿Quieres casarte conmigo? durante un viaje romántico. A los pies de la Torre Eiffel, en París; navegando por las aguas de Venecia a bordo de una góndola o tirando una moneda en la Fontana di Trevi, en Roma.


Hay quien, en el día del cumpleaños de la novia, le regala un álbum lleno de fotos, recuerdos y, en la última página del álbum, está pegado el anillo bajo la leyenda de ‘Cásate conmigo’. O aquel que guarda el anillo con una tarjeta dentro de una caja que está dentro de otras muchas. O quien lo escribe en una cometa, o con tiza en la acera de enfrente de su casa, o quien llama al programa de radio que ella siempre escucha y lo pregona a los cuatro vientos… Formas, como vemos, hay muchas. ¿Cómo te lo pidieron a ti? O, ¿cómo piensas decirle que se case contigo?