En Josefina Huerta nos gusta rodearnos de grandes profesionales para ofrecer los mejores servicios a nuestros clientes. Es el caso de Toñi Martín, decoradora de bodas, como ella misma se define, que recientemente ha colaborado con nosotros en la inauguración de la nueva tienda en la calle Colón de Valencia.
Desde pequeña siempre tuvo claro que se dedicaría al mundo de la decoración, ya que se sentía tremendamente atraída por los muebles, el arte, los colores y el diseño. Toñi Martín Calderón, malagueña afincada en Valencia, se dedica a “decorar” bodas y, como dice ella, “el mundo de los eventos sociales engancha”. Así lleva Toñi los dos últimos años, dando forma a los eventos más dispares. Diseños efímeros con los que cada día más se personalizan las bodas.
Tras formar su propia empresa, un
estudio de interiorismo especializado en el mueble de diseño italiano, Toñi se
adentró en el mundo de las bodas casi por casualidad. Aceptó la oferta de una
empresa de organización de eventos y la experiencia le pareció extraordinaria:
muy creativa y gratificante. Como dice Toñi, “el hecho de crear algo efímero,
para el disfrute de unas pocas horas, me pareció una pasada”. Para ella, en
este sector puede expresarse abiertamente, crear ambientes teatrales y jugar
con los espacios.
Toñi Martín es la encargada de
dar forma al evento en sí. No es organizadora de eventos, simplemente los
diseña. “Junto con mi equipo, me encargo de crear unos espacios según el sitio
elegido por los novios y sus gustos. Desde una boda vintage, hasta una boda ibicenca, retro, clásica…”. Su cometido es
diseñar cada rincón con la temática elegida: los centros de mesa, o el chill-out posterior a la cena. Ofrecen
montajes únicos y totalmente personalizados, sin olvidarse de cuidar hasta el
más mínimo detalle.
La función de Toñi Martín es que
todo vaya acorde a los gustos de los novios y la pauta que le ponen. Las flores
y el tipo de mobiliario tienen que ir en consonancia con el tema elegido por
los novios, que bien puede ser un color, una época, una película. Como dice la
decoradora, “hay novias para las cuales son especiales determinadas películas o
bandas sonoras, o me piden que se ambiente en la época victoriana. Yo decido,
con esas pautas, el aspecto que va a tener la boda”.
Para Toñi, todas las bodas en las
que ha trabajado han sido especiales para ella. “Desde la más sencilla hasta la
más complicada, todas las bodas tienen algo especial. Lo más gratificante es
ver a las novias emocionadísimas al admirar el resultado final”. Y la clave de
su trabajo es la responsabilidad. Según Toñi, pese a lo que representa este
trabajo, “se sufre mucho el día del montaje: prisas, nervios, tener al tiempo
de cara si la boda es en exterior, estar preparada para improvisar si falla
algo. Pero las novias tienen muchas ganas de ofrecer a sus invitados algo
diferente, poco visto, y en mí encuentran a una aliada tal vez más loca que
ellas”.
Para la creadora de ambientes, el
secreto de una boda perfecta es el trabajo duro. Se piensa que este sector es
“super guay”, pero la cosa cambia cuando se está en pleno montaje “y ves que no
llegas. Hay que echarle horas a cada evento, diseñar cada detalle, cada rincón.
Tomarse su tiempo para encontrar los objetos adecuados, las flores perfectas
para cada evento. Has de ganarte la confianza de los novios y han de saber
delegar en los profesionales, sólo así se consigue llegar a un punto de ‘casi
perfección’. El secreto es pensar que la boda es la tuya, y así te vuelcas al
100%”.
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